Cómo cultivar Semillas de Lavanda

Cultivar lavanda a partir de semillas no es difícil, pero requiere paciencia y seguir algunos pasos específicos. Las semillas de lavanda pueden tardar hasta dos años en florecer desde la fecha de siembra. Sin embargo, cultivar desde semilla ofrece la ventaja de plantaciones más vigorosas y diversas, altamente resistentes a plagas y enfermedades. Las semillas de lavanda necesitan un período frío para regular la germinación y romper la dormancia. La siembra directa en el jardín durante el invierno es el método más natural, permitiendo que las semillas reciban la exposición al frío que naturalmente encontrarían en la naturaleza.

Si comienzas con semillas de lavanda en interiores, puedes replicar la exposición al frío esparciendo las semillas sobre una toalla de papel húmeda (pero no empapada). Coloca la toalla en una bolsa de plástico sellada y guárdala en el refrigerador durante 30 a 40 días. Después de este tratamiento frío, saca la bolsa, deséchala y coloca la toalla de papel en un lugar soleado junto a una ventana. Las semillas deberían germinar en la toalla húmeda dentro de 7 a 14 días.

Al sembrar, es importante no enterrar las semillas demasiado profundo. Una vez que las plántulas sean lo suficientemente grandes para manipularlas, rálalas dejando unos 5 cm de separación. Acostumbra gradualmente las plantas a las condiciones exteriores durante 7 a 10 días antes de plantarlas al aire libre en un suelo bien drenado y a pleno sol, una vez que haya pasado todo riesgo de heladas. Espera hasta la primavera para podar las plantas maduras y evitar que la lavanda se vuelva demasiado leñosa. Siguiendo estos pasos, serás recompensado con hermosas y saludables plantas de lavanda que prosperarán durante años.

 



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